Actualmente al momento de plantearse la realización de proyectos de construcción, que generarán gran impacto para las comunidades, intervienen diferentes factores, los cuales buscan identificar desde el inicio los aspectos a tener en cuenta, para garantizar durante la ejecución la implementación de buenas prácticas y así, consensuar entre las comunidades y la construcción.
Es por esto que, entre los aspectos generales y específicos que se detallan al momento de diseñar un proyecto, ahora están establecidas las acciones en materia de enlace con la comunidad y mitigación de impactos sociales, económicos y ambientales negativos que pudiesen generarse por la construcción.
Se ha cambiado el paradigma de priorizar la construcción sobre los otros aspectos a impactar, por lo que se vienen ampliando los grupos de profesionales que encaran las grandes construcciones para poder responder a las interacciones con el entorno y garantizar que los tiempos de los proyectos no se vean afectados por la desaprobación de grupos de interés que se puedan ver afectados por las construcciones.
El planteamiento es fortalecer la planificación y comunicar de forma efectiva las distintas etapas en las que los proyectos generarán mayores impactos al entorno y los motivos de las actividades, así como las medidas de prevención y mitigación en casos de afectaciones.
El nuevo paradigma implica la transparencia con los distintos actores durante la construcción de grandes proyectos y el reconocimiento de las comunidades cercanas a los emplazamientos de las obras, quienes, así como beneficiarios principales también deben apropiarse positivamente de los cambios que las construcciones traerán a sus comunidades.