RESPONSABILIDAD SOCIAL AMBIENTAL ¿UNA APUESTA INDIVIDUAL O COMPARTIDA?
Argentina pierde alrededor de US$1.000 millones anuales por inundaciones, según los datos arrojados por el Banco Mundial en su comunicado de prensa del 29 junio de 2021. Todos los días, escuchamos titulares como este, con cifras cada vez más desoladoras, pérdidas humanas, ecosistemas desaparecidos y millones de dólares intentando mitigar estos impactos.
Frente a este panorama, en los últimos años distintas organizaciones comenzaron campañas para concienciar a la sociedad e influir en la modificación de sus hábitos de consumo, en la reducción de residuos y en la incorporación del reciclaje en su vida cotidiana.
Pero, ¿es esto suficiente?
Somos ingenuos al pensar que sí, que podría serlo si la gran mayoría tomara conciencia y pusiera en práctica dichos hábitos, pero la realidad es, que estamos inmersos en el consumismo y todos los días miles de productos salen al mercado garantizando que son amigables con el medioambiente, contaminando más, generando más residuos y convirtiéndose en un círculo vicioso que pareciera imposible de romper.
Sin embargo, ¿qué hay sobre escalar la propuesta a un nivel macro? ¿dónde quedan las empresas en este cambio?
Cuando comenzaron a generarse estas dudas, iniciaron las primeras nociones de la responsabilidad social empresarial o también conocida como responsabilidad social corporativa. Conceptos que han ido tomando fuerza durante los últimos años, para responder al quehacer de las empresas sobre su actuar frente a la compensación y/o mitigación de sus impactos al medioambiente y a la sociedad.
¿Qué es la RSE?
Es el compromiso que adquieren las empresas de manera voluntaria, donde se articulan aspectos ambientales, sociales y económicos.
Las empresas, han visto la necesidad de darle más importancia al medioambiente, buscando estrategias para reducir los impactos negativos en el mismo, conjugándolo con seguir satisfaciendo las necesidades sociales y que a su vez sus productos y servicios sean competitivos en el mercado.
Se consideraría, que es una pericia de marketing y, que estar a la vanguardia e innovar frente a los procesos anteriormente mencionados, posicionaría la imagen corporativa y esto es un factor que influye en el aumento de las ventas y el consumo.
De hecho, podría ser así. Y el debate está en si estas son prácticas éticas y transparentes o si son tácticas de mercadotecnia; pero al ver que se implementa una adecuada gestión ambiental, tanto de forma interna como externa, que puede llegar a ser un referente para clientes y proveedores y que cada vez existe más conciencia sobre el cuidado de los recursos naturales, nos replanteamos nuestro papel en calidad de espectadores y compartimos dicho compromiso, no solo interiorizando prácticas sostenibles, sino también, actuando como veedores, si las empresas cuentan con políticas que incluyan el cuidado del medioambiente, si se garantizan condiciones de trabajo dignas y qué alternativas se proponen constantemente para continuar con la responsabilidad social ambiental.