Ante la Autoridad del Agua (ADA) de la Provincia de Buenos Aires y Secretaría de Ambiente de la Nación, uno de los trámites necesarios es el estudio de vuelco de efluentes líquidos, sean estos a un cuerpo receptor natural o artificial. En estas líneas detallaremos el primer caso, analizando las condiciones en que se da y los distintos casos posibles.
Debe considerarse como tal a toda la descarga residual derivada de los procesos industriales, como así también a cualquier vertido originado por distintos usos del agua industrial (aquellos provenientes de las purgas de circuitos cerrados de refrigeración, de producción de vapor, de recirculación, etc.).
A diferencia del industrial, en este caso el efluente es derivado del uso humano preferentemente (inodoros, duchas, cocina, etc.). El tratamiento que se brinda difiere, ya que se requieren otro tipo de procesos biológicos, físicos y químicos.
Luego del tratamiento que se haga, el agua seguirá su rumbo hacia un colector artificial o natural. En este caso nos referimos a ríos, lagunas, lagos, arroyos o mar. Para que el ecosistema continúe en estado de equilibrio, precisaremos atención en el tratamiento que realicemos en el líquido. Proteger la flora, fauna y mantener indicadores en el cuerpo de agua que hagan saber que se están haciendo las cosas de manera correcta, es el objetivo para cada industria y ciudad.
Como se comentó, al volcar a un cuerpo de agua natural la no contaminación es vital. Dicho de otro modo, es necesario que el agua ingresante se encuentre en condiciones no potables, o sea “naturales”. Para esto, el tratamiento y mantener condiciones óptimas en cada fase de este es de gran importancia, así sea cloacal o industrial.